sábado, 6 de febrero de 2016

Identificados nuevos marcadores tumorales para el pronóstico del cáncer de cabeza y cuello

Investigadores del CNIO demuestran que la agresividad de los tumores de cabeza y cuello se puede clasificar en dos tipos a partir de los marcadores p21 y mTOR

Sección de biopsia de un cáncer de cabeza y cuello - CNIO

Los cánceres de cabeza y cuello constituyen un grupo muy heterogéneo de tumores de la cavidad oral, faringe y laringe que, en su conjunto, se sitúan en la sexta posición en el listado de cánceres más frecuentes. De hecho, solo en nuestro país se diagnostican cada año entre 12.000 y 14.000 nuevos casos. Sin embargo, los avances logrados en las últimas décadas en el tratamiento de este tipo de tumores apenas han logrado mejorar la supervivencia de los pacientes. Así se explica que el cáncer de cabeza y cuello constituya la octava causa de muerte por cualquier enfermedad oncológica. Pero como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y publicado en la revista «Nature Communications», estos tumores pueden ser clasificados en función de su agresividad a partir de dos nuevos marcadores tumorales, lo que abre la puerta al desarrollo de tratamientos más específicos para este tipo de cáncer.
Concretamente, la nueva investigación tuvo por objetivo profundizar en el conocimiento de la biología molecular de estos tumores. Y es que como explica Susana Llanos, del Grupo de Supresión Tumoral del CNIO y co-autora del estudio, «uno de los problemas es la propia estratificación de los pacientes, que en muchos casos se limita a una clasificación clínica y no molecular».
Es decir, y cuando menos en un gran número de ocasiones, la clasificación de la enfermedad se restringe a la gravedad de sus manifestaciones clínicas del paciente, caso de los síntomas, ignorando las características moleculares del tumor causante de la enfermedad.

Marcadores tumorales

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron 274 biopsias de pacientes con cáncer de cabeza y cuello, observando una elevación de los niveles de la proteína p21 y activación de mTOR en torno a la mitad de los mismos.
En este contexto, cabe recordar que mTOR –siglas en inglés de ‘diana de rapamicina en células de mamífero’– es una proteína que, presente en las células animales de todos los mamíferos, cumple funciones vitales para el organismo, caso de la regulación del crecimiento, proliferación y muerte celular. Una proteína mTOR cuya actividad, además, se encuentra aumentada en algunos tipos de cáncer, por lo que es una diana terapéutica para distintos tratamientos.
Por su parte, la p21 es una proteína que juega un importante papel en la regulación del ciclo celular, esto es, en el crecimiento y división de las células.


Uno de los problemas es la propia estratificación de los pacientes, que en muchos casos se limita a una clasificación clínica y no molecular
Susana Llanos

Selección de tratamientos

Los resultados del estudio muestran que la presencia de la proteína p21 va ligada a la actividad de mTOR. Concretamente, la proteína mTOR en fase inactiva induce la degradación de p21 y, por el contrario, cuando mTOR es activa se estabilizan los niveles de p21.
Y lo que es más importante, los resultados también muestran que la presencia de estos marcadores, tanto p21 como mTOR, se corresponde con una evolución menos agresiva de la enfermedad. Tal es así que, como concluyen los autores, «en un futuro, la clasificación de estos pacientes según estos marcadores podría permitir elegir las opciones terapéuticas más adecuadas para cada grupo».

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